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  METAL GEAR SOLID 4
 


Publicado  31/5/08  - 01:20              

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Tipo de artículo: Análisis
Sistema: PS3
 


 

Hay sagas que marcan épocas, que marcan tendencias, que movilizan a millones de jugadores en todo el mundo, que definen la personalidad de una plataforma, que no dejan indiferente absolutamente a nadie y que, lo más importante de todo, nos regalan experiencias únicas, experiencias que sólo un gran videojuego es capaz de ofrecer. Metal Gear Solid es una de estas sagas y hoy, en HardGame2, analizamos la que, quizás, sea su última gran entrega. Bienvenidos a Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots. Bienvenidos a una de las mayores experiencias de esta generación.


Responsabilidad
Cuando uno comenta que ya ha podido finalizar un juego como Metal Gear Solid 4, bastantes semanas antes de su lanzamiento, todas los comentarios de amigos y conocidos vienen a coincidir en la “suerte” que ha tenido quien escribe estas líneas. Sin embargo, y a pesar de la satisfacción de poder disfrutar de un videojuego tan cuidado en cada uno de sus aspectos, como es el caso, la responsabilidad de hacer un análisis de un juego de estas características es realmente alta.

Esta responsabilidad no viene sólo por la exigencia de usted, querido lector, que también, sino por la dificultad de intentar explicar con palabras todas las emociones que nos ha transmitido. Son muchos los aspectos interesantes a comentar, pero al mismo tiempo, hay que evitar que el texto se convierta en una “biblia” que vaya enumerando todos y cada uno de los detalles del juego, pues una parte de la gran diversión de esta obra es ir descubriéndolos por uno mismo.

Dicho esto, y con la intención de intentar transmitir todas las grandezas de la obra de Kojima Productions, empezamos.


La guerra ha cambiado. Nuestro tiempo se ha acabado. Nuestra guerra ha terminado.


Con estas contundentes palabras arranca la nueva epopeya de Solid Snake. Una épica odisea que nos llevará al futuro, concretamente al año 2014, un lustro después de los acontecimientos que nos narró el incomprendido MGS2: Sons of Liberty y multitud de años después de lo contado por las dos últimas entregas de esta saga, Metal Gear Solid 3: Snake Eater (PS2) y Metal Gear Solid: Portable OPS (PSP).

En este nuevo marco histórico, nos encontramos con un mundo totalmente cambiado. Si en la actualidad el sistema económico gira entorno al llamado oro negro, el petroleo, en el futuro alternativo que nos propone Metal Gear Solid 4, nos encontramos que la guerra es el sistema encargado de sustentar la economía mundial. Una guerra controlada por grandes compañías privadas. Una guerra donde soldados equipados con la más alta tecnología libran batallas encarnizadas sin una causa, sin un motivo, como simples mercenarios de empresas privadas que, únicamente, buscan poder económico.
Gran parte de los cambios que han ocurrido en la sociedad se deben al uso de las llamadas nanomáquinas. Lo que se le aplicó experimentalmente a Solid Snake en el primer Metal Gear Solid, ahora ya se utiliza, casi obligatoriamente, en el campo de batalla. Ya no hay dolor, ni sentimientos, ni emociones, todo está controlado y cualquiera puede ser un soldado profesional en unas guerras que empiezan a ser una rutina. Es una época donde los soldados legendiarios, donde soldados como Solid Snake, son ya totalmente prescindibles.

En este angustioso clima de decadencia mundial, será donde entremos en escena, con un Solid Snake que, análogamente a los tiempos que corren, ha visto como su cuerpo ha envejecido prematuramente y cómo su esperanza de vida ya no es todo lo larga que debería. Nos encontramos con un Solid Snake abatido, desilusionado, con un cuerpo que ya no le permite muchas de las valentías de antaño y que, únicamente su fuerza de voluntad, le permite seguir manteniéndose en pie.

Una vez más, y a pesar de las reticencias iniciales de Snake, deberemos adentrarnos en el campo de batalla a petición de Roy Campbell, siendo nuestra misión frenar los planes de Liquid Ocelot que, tras los hechos acaecidos en Sons of Liberty, no ha tenido otra idea mejor que planear la dominación del mundo, para lo cual deberá e intentará eliminar a los Patriots.

Obviamente, a lo largo de la aventura nos encontraremos con viejos conocidos como Otacon, que nos ayudará y nos dará soporte en todo momento; Meryl, el primer amor de Snake, totalmente ausente desde el primer MGS y que regresará al mando de la Rat Patrol Unit; Rayden, que aparece como un ninja con el cuerpo completamente modificado (aquí le acabaréis perdonando su participación en MGS2); la pequeña Sunny, hija de Olga (aparecida también en MGS2), la bella Naomi o Mei Ling, entre otros muchos. Por supuesto, también habrá sitio para que aparezcan nuevas incorporaciones y conocidos enemigos como Vamp o el cuarteto llamado The Beauty & the Beast, con claras reminiscencias a algunos de los enemigos más clásicos de la saga.
Una lista enorme de personajes, cada uno con su historia, su personalidad, con sus asuntos importantes que nos tendrán que contar, con su grande o pequeño papel en la historia y, en definitiva, con un único objetivo, enriquecer todo el entramado histórico que envuelve al personaje de Solid Snake.

Y tranquilos, no os contaremos cómo seguirá evolucionando la trama, uno de los pilares fundamentales de cualquier Metal Gear que se precie y, por supuesto, de esta nueva entrega. Lo que sí os podemos comentar es que, si bien es cierto que este MGS4 no será el último título de la franquicia (los millones de unidades que se prevén vender así lo impiden), sí que nos propone un final a todo lo que nos han mostrado sus antecesores, desde las dos entregas de MSX, pasando por la entrega de PSX y hasta las últimas de PSP y PlayStation 2.

Futuros entregas podrán comentarnos más detalles de algunos puntos, centrarse en otros personajes o proponer alguna historia alternativa. Pero el emblemático Solid Snake dará carpetazo a su historia, a su accidentada existencia y a todo lo que no nos había contado en sus anteriores apariciones.

Lo que hay que dejar claro también, y aunque desde Konami han intentando venderlo de otra manera, si quieres capturar todos los detalles y toda la profundidad de la trama argumental, obligatoriamente tienes que haber jugado a todas las entregas anteriores, o bien, saber qué se contaba en cada una de ellas. Si no tenéis ese bagaje, la verdad es que os perderéis detalles impagables, no comprenderéis la importancia de la aparición de determinados personajes en algunos momentos exactos de la aventura y os perderéis la infinidad de referencias a sus antecesores. Básicamente, no podréis captar toda la esencia ni toda la experiencia argumental que sus desarrolladores han querido ofrecer al jugador.


¿Una película interactiva?
Uno de los aspectos que más critican algunos usuarios de la saga Metal Gear Solid son las largas secuencias utilizadas para narrarnos el guión de esta aventura. Pues bien, como se suele decir, “Si no quieres caldo, toma dos tazas”. El uso de secuencias cinemáticas generadas con el propio motor del juego vuelve a ser enorme, y cuando decimos enorme, es enorme. ¿Bueno o malo? Para los que sólo quieran acción, pues será sin duda una de las críticas más comunes que escucharéis sobre el juego, pero para los que quieran disfrutar de un Metal Gear, como tal, estarán encantados, porque, sobre todo, no son escenas que nos cuenten simple “paja”, sino que todo lo que se dice y se muestra tiene un porqué.

Para hacer un poco más llevaderos los largos minutos que dura cada una de las secuencias, se han recortado el número de escenas de codec, se ha añadido la posibilidad de pausarla en cualquier momento (ya no se nos caerá el mundo encima cuando algún “clásico” familiar venga a molestarnos en medio de la partida) y la posibilidad de cierta interacción con dichas escenas.

Esta interacción tendrá lugar de dos formas diferentes. Por un lado, en algunas de ellas, podremos utilizar el robot Mk II (explicaremos lo que es en apartados posteriores), con el que podremos dar un paseo a nuestro libre albedrío en el lugar en el que tiene lugar la escena. Y por otro, en determinados momentos, se nos mostrará en pantalla un pequeño indicador para pulsar el botón L o el botón X. Cuando nos comentan algún tema relacionado con juegos anteriores, y nos aparece la señal, pulsando X repetidamente, podremos ver flashes de dichos juegos, que nos ayudarán a saber a lo que se estaban refiriendo en ese momento. Y cuando nos indican que podemos pulsar el botón L1, podremos observar la acción desde los ojos de Solid Snake, y no desde una vista tercera persona, descubriendo algunos detalles realmente curiosos y, en determinados momentos, hasta importantes.

Dicho todo esto y a modo de conclusión en este apartado y antes de pasar al jugable, Metal Gear Solid 4 sigue siendo toda una experiencia a nivel argumental, con personajes de una enorme carisma, con una profundidad argumental brutal, con escenas espectaculares, con momentos épicos o cómicos, con cosas que no te podrías esperar y todo ello ofreciendo un cúmulo de sensaciones al jugador que muy pocas obras de entretenimiento (y aquí meto también a cine y literatura) logran transmitir.


Entrando en el campo de batalla
Entramos ahora en el apartado más importante de cualquier videojuego, que no es otro que el jugable. Una vez superada una espectacular secuencia inicial, nos encontraremos en Oriente Medio, en medio de una brutal batalla entre dos facciones y en la que, recordamos, nosotros no pintamos nada, ya que nuestro objetivo es buscar a Liquid Ocelot.

Las primeras sensaciones son totalmente impagables. El desconcierto será total, ya que la ausencia de cualquier tipo de tutorial y el enorme caos que hay generado en la zona, nos dejan con un poco de no saber qué debemos hacer. Soldados corriendo, balas cruzándose por doquier, gente cayendo al suelo por el impacto de dichas balas, explosiones de morteros, la impactante aparición de los enormes Gekkou (unos enormes engendros bípedos que arrasan, literalmente, con todo lo que encuentran por delante) e infinidad de detalles que nos hacen sentir realmente impactados.

Tras estos primeros instantes y tras hacer el clásico “ensayo y error”, comprobaremos que los controles son muy similares a anteriores entregas, lo que se traduce en un sistema muy cómodo en todo momento, preciso e intuitivo como pocos. Como principal novedad nos encontramos con una nueva vista a la hora de disparar. Así, además de la vista en primera persona cual shooter subjetivo, también existirá una perspectiva en tercera persona con una cámara situada encima de nuestro hombro, al más puro estilo Resident Evil 4 o Gears of War, algo que ya parece ser un referente en los juegos de acción.

Una vez entrado en faena, volveremos a darnos cuenta que además de disparar, también podremos infiltrarnos, aprovechando las sombras y los puntos ciegos, utilizando armas silenciosas. La verdad es que el juego se adapta perfectamente al estilo que nosotros prefiramos, pudiendo apostar por la acción pura e intentando arrasar con todo (aunque con limitaciones, no podremos ser unos Rambo de la vida), podremos apostar totalmente por el sigilo y llegar al final sin haber matado a nadie, o bien hacer una mezcla de ambos estilos. Tú eliges tu estilo y tu forma de superar los diferentes niveles.
Otro aspecto interesante es que cada uno de los niveles en los que se divide la aventura (además de en Oriente Medio, iremos por otros zonas del mundo como Sudamérica, Europa del Este, Alaska...), cada uno planea una forma diferente de jugabilidad, lo cual le otorga de mucha variedad al desarrollo y evitando caer en uno de los clásicos problemas de este género, la monotonía. Así, el diseño de la primera fase nos invitará a movernos por las distintas calles de una ciudad medio destruida, pudiendo llegar a la zona final desde infinidad de caminos. Otro nivel nos planteará una jugabilidad similar a la de MGS3: Snake Eater, otro nos obligará a infiltrarnos en una base militar, en otro deberemos perseguir a otro personaje sin que nos descubra y demás, lo que unido a algún pequeño puzzle repartido a lo largo de la aventura, queda patente el gran cuidado que han tenido por ofrecer una gran variedad.

La inteligencia artificial vuelve a ser otro de los puntos fuertes de esta nueva entrega de Metal Gear Solid, pues además de la habilidad de ciertos enemigos como los temibles Gekkou para ponernos las cosas (muy) difíciles, también destacará la avanzada inteligencia de los soldados, que buscarán las mejores posiciones, se reagruparán en cuanto sientan peligro, intentará buscar caminos diferentes para cazarnos y así, un largo etcétera de comportamientos, muchos de ellos parecerán incluso improvisados, lo que nos obligará a actuar con cierto cuidado y teniendo en cuenta todas sus posibles reacciones.


Las consecuencias de que Snake se nos haya vuelto mayor
Pues sí, además de su aspecto a nivel gráfico, el precario estado del cuerpo de nuestro protagonista también influirá en la jugabilidad. De esta forma, nos encontraremos con dos barras de energía, complementarias a la de la vida: una que nos determina el nivel de estrés que está pasando Snake en ese preciso momento, y otro el nivel de psique, que se ve afectado por su estado emocional. Según estén estas barras, veremos diferentes efectos como recuperación de salud si hay ausencia total de estrés, o ver como perdemos cierta precisión en los disparos o como podemos llegar, incluso, a desmayarnos.

Pero tranquilos, ya que el bueno de Snake sabrá cómo enfrentarse a estas adversidades y no estará indefenso en el campo de batalla, sino que tendrá tecnologías, armas y multitud de gadgets que nos serán de gran utilidad a lo largo de toda nuestra aventura y, en muchos casos, totalmente indispensables para poder seguir avanzando.

Empezando por las armas, nos encontraremos con un verdadero arsenal, con más de 60 tipos diferentes que irán desde las clásicas pistolas, automáticas, fusiles, recortadas y llegando a poderosos lanzacohetes. Muchas de estas armas podrán ser mejoradas y ampliadas (a través de la ayuda de un enigmático traficante de armas de nombre Drebin) con mirillas, silenciadores o culatas, consiguiendo artilugios realmente precisos y devastadores. Además de mejorarlas, Drebin también nos adquirirá todas las que nos sobren y, con ese dinero, podremos desbloquear las que vayamos consiguiendo, comprar las citadas mejoras y adquirir otras nuevas armas.

También cabe destacar el OctoCamo, un traje que, tras un segundo de espera, adquirirá la textura del objeto o pared que tengamos y nos permitirá pasar desapercibido, cual camaleón. Otro artilugio interesante será el Solid Eye, una especie de parche que nos pondremos en el ojo y que nos permitirá obtener cierta información, acceder a una visión por infrarrojos, a un sensor que nos indica la posición de los enemigos o a visionar a cierta distancia como si fuesen unos prismáticos.
Sin embargo, uno de los de más utilidad será un pequeño robot llamado Mk II. Este robot, diseñado por Otacon, nos servirá para acceder a zonas que no podamos alcanzar, a adentrarse en zonas llenas de enemigos, hackear algunas puertas, realizar ataques, recopilar información y multitud de otras capacidades que darán todavía más profundidad al desarrollo, aunque seremos nosotros los que decidamos en última instancia si lo utilizamos en mayor o menor medida.

Por supuesto, y como no podría ser de otra forma, también existirá la posibilidad de hacer uso de otros objetos un poco más curiosos (aunque no por ello menos útiles), como cajas de cartón, bidones, revistas de chicas ligeritas de ropa, la utilización del SixAxis con algún arma especial, un reproductor musical y así, un larguísimo etcétera.


¿Y una vez acabado?

La pregunta del millón, ¿cuánto dura el juego? Pues depende, y mucho, de diversos factores: si sigues la historia, el nivel de dificultad, lo que te atasques con algún enemigo final, lo que quieras currarte algunos escenarios, etcétera. A quien escribe estas líneas, en nivel normal, tragándome todas las secuencias cinemáticas, atascándome con un enemigo que me costó bastante encontrarle su punto débil y probando ciertas cosas aquí y allí, me llevó más de 20 horas, lo cual no está nada mal para un juego de estas características.

Por supuesto, el juego es muy rejugable, no sólo por volver a revivir y exprimir su inolvidable historia, que también, ni por la posibilidad de superar los niveles de formas alternativas (apostando más por la acción, por el sigilo...), que también, sino porque una vez finalizado nos encontraremos con nuevos modos de dificultad (el más difícil es un auténtico reto, os lo aseguro), nuevas armas, trajes (alguno de ellos muy curioso) y demás detalles que darán todavía más posibilidades al juego.

Además de todo esto, también contaremos con una especie de galería de tiro virtual, donde podremos practicar todo lo que deseemos, y un modo multijugador online, el cual detallaremos en su correspondiente apartado.


A vueltas con el contrato de confidencialidad

Como ya os comentamos cuando publicamos el avance de Metal Gear Solid 4 a principios de mayo, para la publicación del citado artículo estuvimos atados a un contrato que tuvimos que firmar y que no nos permitía comentar muchos de los detalles que ahora os hemos podido comentar en este artículo. Pues bien, en este análisis también tenemos ciertas restricciones de contenidos, casi todas ellas, totalmente obvias, sugiriendo que no comentemos en exceso algunos puntos en la historia para no desvelar en exceso la trama y no estropear al usuario de disfrutar de una experiencia total con este título.

Sin embargo, hay una pequeña cláusula que no nos permite comentar un pequeño fallo del juego, que será bastante molesto para algunos y que está siendo un mal endémico en muchos de los últimos juegos de PS3. Algunos ya adivinarán por donde pueden ir los tiros, pero nosotros no os podemos comentar nada al respecto, ya que hemos firmado que no lo contaremos.

Este contrato de confidencialidad terminará el próximo 12 de junio, fecha de lanzamiento del juego, y ese día, os emplazamos a que vengáis a este punto del análisis, pues detallaremos ese pequeño fallo, no fundamental, pero sí molesto.


Multijugador
Como ya sabréis, uno de los grandes atractivos de Metal Gear Solid 4 será la inclusión de Metal Gear Online, una variante multijugador del universo Metal Gear, que promete darle mucha más vida al juego una vez lo hayamos finalizado. Por desgracia, en estos momentos solamente hemos podido acceder a la misma beta pública que muchos de vosotros ya habéis podido disfrutar, pero, imaginamos, que la versión que aparecerá en la versión final, será similar a la de la beta.

De esta forma, nos encontramos con un modo online para un máximo de 16 jugadores, en el que podremos editar a nuestro personaje y adentrarnos en batallas de corte clásico, en mapas inspirados en todas las entregas de esta saga y con una jugabilidad que adolece un poco de no aprovechar el componente de sigilo que sí hay en el modo campaña (salvo un modo, donde un jugador deberá controlar a Snake y los demás tendrán que encontrarlo).

De todas formas, se espera que una vez haya salido el juego, se vayan añadiendo nuevos modos, mapas y posibilidades, que aumentarán, todavía más, toda la diversión que ya ofrece este entretenido componente online.


Gráficos

A nivel gráfico no nos encontramos ante un apartado que pueda calificarse como perfecto, ya que nos hemos encontrado con algunos pequeños fallos en la calidad de algunas (pocas) texturas cuando las miramos de cerca; los escenarios, por lo general, no son destructibles; se observan en bastantes sitios los temidos dientes de sierra; se notan en falta algunos detalles como, por ejemplo, disparar al brazo de un enemigo y que se viese afectado sólo dicho brazo; un uso de la física mejorable; y, en ciertos momentos, observamos como el número de frames está desequilibrado (más bien en exceso, cuando entramos en habitaciones poco detalladas o similares).
Sin embargo, el aspecto global del juego, lo que realmente nos entra por los ojos, no podemos calificarlo de otra forma que utilizando el adjetivo "soberbio". Esto lo consigue gracias a un diseño excepcional, al cuidado enfermizo del más pequeño de los detalles y una ambientación de las que crean escuela. A esto añadidle un repertorio de animaciones increíble (los distintos movimientos de estilo militar de Snake y de los enemigos son dignos de admiración), un uso de cámaras que ni el mismísimo Spielberg, el sorprendente uso de los efectos de partículas (humaredas, arena en suspensión, nieve...), la enorme calidad gráfica de las escenas donde nos narran la historia (por momentos llegaremos a confundirlas con CG's), una dirección artística sublime y la brutal espectacularidad de algunos momentos, como en la transición entre secuencia cinemática y juego ingame, consiguen un resultado soberbio, se mire como se mire.

Sin duda, a día de hoy, no cabe duda de que está un pasito por encima de todo lo que hemos visto hasta la fecha en PlayStation 3, lo cual no ha sido poco.


Música/Sonido

Apartado excepcional, por no decir perfecto. Empezando por la banda sonora, nos encontramos con un nuevo trabajo de Harry Gregson-Willias, en colaboración del japonés Nobuko Toda, el cual participó en la composiciones melódicas de las dos entregas de Metal Gear Acid!. El resultado es nuevamente impactante, con composiciones musicales que se desenvuelven a la perfección en cada tipo de situación, que aumentan tu tensión en el campo de batalla y que, cuando el momento lo requiere (muchas veces parecerá que la música está jugando contigo), es capaz de ponerte los pelos como escarpias.

En cuanto al apartado sonoro, nuevamente sublime, con una parametrización, una contundencia y el mismo cuidado enfermizo por los detalles, consiguen una inmersión en la acción que muy pocos títulos son capaces de conseguir. Por su parte, el doblaje, totalmente en inglés (no así los textos, que están en castellano), sigue la línea marcada por entregas anteriores, con actores profesionales que le dan una personalidad tremenda a los personajes, sea cual sea la situación.


Edición Española
Habrá quién piense que el doblaje debería de ser obligatorio, sobre todo por comodidad. Esta discusión ya se ha mantenido millones de veces, pero está claro que si el título nos lo encontrásemos completamente en castellano, sería de agradecer y, recordando como había sido la del original de PlayStation, todavía más. Por desgracia, ya se sabía desde hace algún tiempo que no iba a ser así, por lo que este Guns of the Patriots viene únicamente con los textos traducidos al castellano, aunque de una calidad más que sobresaliente.


Conclusión

El señor Hideo Kojima, como casi siempre, se puso el listón muy muy alto, pero una vez más, ha cumplido con lo prometido. Nos encontramos con un nuevo Metal Gear Solid soberbio, se mire por donde se mire, con una de esas historias que nos atraparán de principio a fin, que nos emocionarán, con unas posibilidades jugables enormes, con un estupendo modo online y, sobre todo, capaz de ofrecernos sensaciones que muy pocos juegos pueden conseguir.

Quizás, su único punto débil es que, en el fondo, no deja de ser un nuevo Metal Gear Solid, una (gran) evolución de lo que no habíamos visto hasta ahora, pero no una auténtica revolución como fue en su día el Metal Gear Solid de PSX. La sensación que te queda una vez terminado es que has jugado a algo grande, muy grande, que se te quedará grabado en la retina, pero que si no fuera por todas sus anteriores entregas, quizás no habría pasado de ser “un título sobresaliente más”. Si no habéis jugado a ninguno de los anteriores, quizás no acabéis de descubrir toda su grandeza.

Lo mejor: La historia, los gráficos, la banda sonora, la profundidad jugable, el apartado sonoro, incluye un completo modo multijugador..., básicamente, casi todo.

Lo peor: Las voces se han mantenido en inglés. El pequeño fallo que Konami no nos ha dejado contar (lo desvelamos el 12 de junio). Gráficamente, podría tener algún punto más depurado. Si nunca te ha gustado la filosofía de los Metal Gear, este no te va a hacer cambiar de opinión. Si no tienes el bagaje de los juegos anteriores, quizás no sepas apreciar toda su grandeza.

Historia: 10
Gráficos: 9
Música/Sonido: 10
Jugabilidad: 9
Multijugador: 8
Edición Española: 7


 

 
   
 
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